Coronavirus: 7 preguntas sobre la vacuna
Es poco probable que la pandemia actual se detenga con una vacuna milagrosa. Pero trabajar en este tipo de producto preventivo sigue siendo una necesidad para prepararse para una posible nueva ola de infección. Descubra todo lo que necesita saber sobre la carrera de vacunas que está sacudiendo la investigación médica.
Las vacunas son esenciales para detener la pandemia de coronavirus, pero no son una solución de la noche a la mañana. Como parte de la epidemia de Covid-19, los científicos de todo el mundo están trabajando arduamente para desarrollar un producto efectivo y seguro en el menor tiempo posible.
¿Cuál es la diferencia entre un antiviral y una vacuna?
Los tratamientos antivirales son medicamentos que se usan para tratar una enfermedad temprano y prevenirla en ciertos casos específicos. Ayudan a aliviar los síntomas, disminuyen la duración y la enfermedad y, por lo tanto, previenen ciertas complicaciones. Un antiviral no inmuniza al paciente pero reduce la capacidad reproductiva del virus.
Una vacuna, por otro lado, ayuda a inmunizar al paciente al estimular la producción de anticuerpos contra un virus en particular. Por lo tanto, es una herramienta preventiva para la enfermedad. Desde una perspectiva de investigación médica, lleva más tiempo desarrollar una vacuna que un antiviral porque el tiempo necesario para observar la respuesta inmune, así como el estudio de la eficacia, lleva más tiempo. Para un antiviral, el resultado de un ensayo clínico es más rápido.
¿Cuáles son los pasos para crear una vacuna?
Una vacuna está hecha de los gérmenes (virus, bacterias o parásitos) contra los cuales actuará. "Los procesos de fabricación son a menudo largos y complejos. De hecho, se necesitan entre seis y veintidós meses para producir una vacuna contra unas pocas semanas a seis meses en general para medicamentos químicos", indica el sitio Vaccin-Info-Service. La mayor parte del tiempo de fabricación se dedica al control de calidad y seguridad para cada paso del proceso.
Para producir el principio activo, los investigadores deben construir un banco de gérmenes, cultivarlo, amplificarlo, extraer el antígeno, purificarlo y concentrarlo a través de procesos físicos como la centrifugación. En algunos casos, es necesario inactivar la sustancia producida por calor o agentes químicos. Las diferentes sustancias se combinan en un solo compuesto.
Para obtener el producto final que se ofrecerá en las farmacias, es necesario agregar elementos como adyuvantes, estabilizadores y conservantes, distribuir todo en viales o jeringas, posiblemente liofilizar el producto y acondicionarlo. Luego será revisado por la industria y una autoridad independiente antes de ser puesto en el mercado.
¿Qué se ha hecho para acelerar el proceso?
A la luz de la situación actual y la epidemia sin precedentes, las autoridades sanitarias han hecho esfuerzos para ayudar a los científicos de todo el mundo a centrar sus esfuerzos en el desarrollo de una vacuna. Desde que se puso a disposición la primera secuencia genética de Sars-Cov-2, alrededor de treinta empresas nuevas y empresas han estado trabajando a tiempo completo.
También se están realizando pruebas para medir los efectos de la vacuna contra la tuberculosis (BCG), que tiene la ventaja de ser muy conocida (más de 3 mil millones de personas vacunadas en todo el mundo) sobre la enfermedad de covid-19. Inserm se está preparando para establecer un ensayo clínico francés doble ciego. Pero los participantes deberán ser seguidos durante 2 a 3 meses para tener datos confiables.
¿Cuánto tiempo debería tomar?
Sin embargo, los científicos advierten que se necesitan entre uno y dos años de investigación para llegar a un producto terminado. Para los más optimistas, una primera vacuna podría estar disponible a fines del 2020.
¿Es peligroso saltarse los pasos?
Una vacuna mal diseñada es potencialmente peligrosa. Es un virus que se inyecta en el cuerpo, lo que puede facilitar la infección en lugar de prevenirla. Esta es la razón por la cual los investigadores enfrentan una presión adicional, además de la del tiempo, con respecto a la seguridad del producto terminado.
¿Por qué trabajar en una vacuna que saldrá después de la epidemia?
Las vacunas son esenciales para tratar un virus, aunque es muy difícil erradicarlo por completo. El riesgo para la población es enfrentar varias oleadas de epidemia.
Las personas que no se infectaron la primera vez pueden enfermarse y la epidemia puede comenzar de nuevo. Es por eso que tener una vacuna disponible puede ayudar a limitar el daño.
El Covid-19 tiende a permanecer estable. ¿Buenas o malas noticias?
El virus de la gripe estacional tiende a mutar regularmente, por lo que es necesario cambiar la vacuna todos los años. Sin embargo, según investigadores italianos y estadounidenses que analizaron el SARS-CoV-2, este virus solo ha registrado cinco mutaciones en pocos meses, a pesar de su desplazamiento a gran escala. Por lo tanto, se considera estable.
Esta característica permitiría contar con la máxima efectividad de una posible vacuna. Si estas pequeñas mutaciones no se multiplican, una sola vacuna podría incluso usarse durante varios años.