COVID-19: Acaba de iniciar un nuevo mundo
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Actualmente la mayoría de los países del mundo están peleando activamente contra las consecuencias de la pandemia y la pregunta es si todo volverá a la normalidad algún día y cuándo.
Los líderes mundiales, los diplomáticos y los analistas geopolíticos saben que están viviendo una nueva época y que tienen puesto el ojo en el combate diario y el otro en lo que ésta crisis legará al mundo. Las ideologías en competencia, los bloques de poder, los líderes y los sistemas de cohesión social están siendo sometidos a pruebas de resistencia en el tribunal de la opinión mundial.
Todos ya están empezando a aprender lecciones. En Francia, el Presidente Macron dice "Este periodo nos ha enseñado mucho. Muchas certezas y convicciones serán eliminadas. Muchas de las cosas que pensamos eran imposible están sucediendo. El día después del que ganemos, no será el regreso a los días anteriores, seremos moralmente más fuertes. Dibujaremos las consecuencias, todas las consecuencias". El presidente prometió iniciar una inversión mayor en la salud.
En Italia, el ex ministro de relaciones exteriores del partido socialdemócrata, Sigmar Gabriel, indica que las siguientes generaciones serán menos ingenuas sobre la globalización. En Italia, el anterior primer ministro Matteo Renzi ha llamado a formar una comisión para enfrentar el futuro. En Hong Kong, se leen graffiti como; "No existe el retorno a la normalidad porque la normalidad fue el problema en primer lugar". Henry Kissinger, el secretario de estado de Richard Nixon, dice que los gobernantes deben prepararse para transitar a un nuevo orden de mundo post coronavirus.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo: "La relación entre los grandes poderes nunca ha sido tan disfuncional. COVID-19 está demostrando dramáticamente que, o nos unimos o seremos derrotados".
En el mundo la discusión se ha ampliado. La vida pública puede estar estancada, pero el debate público se ha acelerado. Todo está a debate: las compensaciones entre una economía destrozada y la salud pública, las virtudes relativas de los sistemas de salud centralizados o regionalizados, las fragilidades expuestas de la globalización, el populismo, la ventaja inherente del autoritarismo.
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