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Covid-19: el virus sí afecta al cerebro incluso en una forma leve de la enfermedad

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Covid-19 puede afectar la función pulmonar a largo plazo en pacientes infectados, pero también puede tener efectos en el cerebro. Un nuevo estudio confirma que el virus puede llegar al cerebro, incluso en personas que han desarrollado una forma leve de la enfermedad.


Sabemos que el SARS-CoV-2 puede dañar el sistema nervioso, un estudio estadounidense también reveló hasta qué punto el Covid-19 podría invadir el cerebro y tener graves consecuencias.

Ahora sabemos más sobre el impacto de esta enfermedad respiratoria en la función cerebral, gracias a un nuevo trabajo publicado en la revista científica Nature. Los investigadores estaban interesados en los cambios en la estructura del cerebro en pacientes infectados con SARS-CoV-2, ya sea que desarrollaran una forma grave o leve de la enfermedad.

Para ello, los autores analizaron los datos de 785 personas de entre 51 y 81 años, que fueron recogidos durante un estudio de cohorte británico, UK Biobank. Todos los participantes se sometieron a dos exámenes de imágenes durante este gran estudio, y 401 personas dieron positivo por Covid-19 entre los dos exámenes de imágenes.

Gwenaëlle Douaud, del Departamento de Neurociencias de la Universidad de Oxford (Reino Unido), y su equipo, observaron entonces en las imágenes varios efectos del virus en el cerebro de los pacientes infectados:

Mayor reducción del grosor de la materia gris en la corteza orbitofrontal (un área del cerebro que juega un papel importante en las funciones cognitivas, incluida la toma de decisiones)

Cambios en áreas conectadas con la corteza olfativa primaria (que, como su nombre indica, está involucrada en el procesamiento de mensajes olfativos)

Mayor reducción en el tamaño total del cerebro

Covid-19: el virus puede dañar el cerebro, incluso en el caso de una forma leve de la enfermedad

"Los participantes infectados también mostraron de media un mayor deterioro cognitivo entre los dos exámenes", explican los investigadores, que precisan que todos estos efectos descritos también se observaron en pacientes positivos que no habían sido hospitalizados.

Estos cambios en el cerebro, visibles en imágenes médicas, "pueden ser los signos in vivo de una propagación degenerativa de la enfermedad a través de las vías olfativas, de eventos neuroinflamatorios o de la pérdida de entradas sensoriales debido a la anosmia", concluyen los especialistas.

La investigación adicional revelará si estos efectos, observados en el cerebro, se resuelven o persisten a largo plazo.

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