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El Internet está afectando nuestra memoria

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La investigación de neuroimagen muestra que pasar tiempo excesivo en la pantalla daña el cerebro. Vivimos en un mundo digital cargado de información, constantemente rodeados de pantallas que alimentan nuestro cerebro con datos que no pueden ser procesados correctamente.


Los neurocientíficos dicen que la falta de lo que definen como "pensamiento profundo", que a menudo se logra al leer un libro físico, está cambiando nuestros cerebros. Esto está afectando la materia gris. Varios estudios han mostrado una perdida de volumen o encogimiento en áreas de la materia gris debido al internet.

A diferencia de leer en un libro, o incluso en una revista o periódico, leer en una pantalla a menudo implica consumir fragmentos breves de información en una sucesión rápida, por lo general deslizando las palabras o haciendo clic de una página a otra. Cuando el cerebro lee textos, no hay tiempo para comprender la complejidad, pensar "profundamente" sobre la información o evaluar la perspectiva adecuada en un punto de vista particular. Nos estamos adaptando a leer en fragmentos deslizando textos para poder procesar la gran cantidad de información presentada cada día.

En un estudio de investigación sobre reconocimiento de imágenes cerebrales, dirigido por la profesora Natalie Phillips de la Universidad Estatal de Michigan, descubrieron que el cerebro era menos activo cuando alguien se dedicaba a la lectura "casual" o "superficial", en lugar de la lectura atenta o profunda. Si bien la concentración durante la lectura involucra nuestra capacidad de pensar de manera crítica y reflexiva, al consumir más y más palabras sin prestar la atención adecuada, el cerebro no puede procesar nada apropiadamente.

Nuestra memoria funcional se ve afectada por este tipo de consumo de datos reduciendo cada vez más la capacidad de la memoria funcional de las personas que leen en las pantallas. En definitiva, leemos más pero recordamos menos, porque en realidad leemos superficialmente.

La investigación también ha demostrado la pérdida de integridad de la materia blanca del cerebro (Lin 2012, Yuan 2011, Hong 2013 y Weng 2013). La materia blanca "manchada" se traduce en pérdida de comunicación dentro del cerebro, incluidas las conexiones hacia y desde varios lóbulos del mismo hemisferio, enlaces entre los hemisferios derecho e izquierdo, y caminos entre los centros cerebrales superiores (cognitivos) e inferiores (emocionales y de supervivencia). La materia blanca también conecta redes del cerebro al cuerpo y viceversa. Las conexiones interrumpidas pueden ralentizar las señales, "hacer un corto circuito" en ellas o hacer que sean erráticas.

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