Lentes de contacto: queratitis microbiana
Son más favorecedoras que las gafas en el aspecto estético, pero lejos de ser inofensivas para la salud de los ojos. El uso de lentes de contacto requiere algunas precauciones de higiene. ¿Cuáles son los riesgos e infecciones más habituales en caso de negligencia?
Cuando usas lentes de contacto, estás colocando un objeto extraño directamente sobre tu córnea. Esta, una verdadera ventana al ojo, está formada por células transparentes: al no contener vasos, extraen gran parte del oxígeno necesario para su metabolismo del aire ambiental.
Las lentillas blandas, de uso diario o de renovación frecuente, han aumentado significativamente su nivel de permeabilidad al oxígeno gracias a un nuevo material, el hidrogel de silicona. Ahora se utilizan como tratamiento de primera línea y se toleran mejor para los ojos secos.
Sin embargo, incluso las lentes de mejor rendimiento no evitan la aparición de depósitos que ralentizan el flujo de oxígeno y reducen su comodidad de uso.
Estos depósitos provienen principalmente de las lágrimas que contienen agua, grasas y proteínas, y del exterior con polvo y maquillaje. En definitiva, la falta de oxigenación de las células de la córnea conduce a su degradación, o incluso a su destrucción.
Esta pérdida puede ser irreversible para algunas células que no se renuevan. Su función es proteger la córnea de los gérmenes que se encuentran naturalmente en el ojo. La mayoría de sus gérmenes son inofensivos y se adhieren a los lentes sin consecuencias. Otros, por otro lado, pueden ingresar a través de células dañadas y causar infecciones.
Riesgo de queratitis microbiana
El uso de lentes de contacto en la ducha puede, según un estudio reciente, aumentar en siete el riesgo de desarrollar una infección dolorosa. Para lograr este hallazgo, investigadores británicos estudiaron los hábitos de 78 usuarios de lentes de contacto para determinar los factores de riesgo de desarrollar queratitis microbiana, una inflamación de la córnea. Entre los participantes, 37 ya habían desarrollado esta patología. "Los lentes de contacto para la corrección de la visión ofrecen muchos beneficios. Sin embargo, la queratitis microbiana asociada con los lentes de contacto es una causa común de discapacidad visual permanente y algunos casos pueden incluso requerir un trasplante de córnea o resultar en la pérdida del ojo", alertó el oftalmólogo Parwez Hossain de la Universidad de Southampton al Telegraph.
Las aguas de baño pueden contener gérmenes o parásitos.
Por la misma razón, se recomienda encarecidamente que se quite las lentillas al nadar en el mar, en un río o en una piscina. Debido a que está exponiendo su córnea a parásitos y otros gérmenes presentes en el agua sucia del río, el agua de la piscina y el agua del mar. Si realmente no puede prescindir de sus lentes para nadar, use gafas de natación bien selladas con lentes de contacto desechables.
Durante el sueño, la córnea se ve privada de oxígeno y, por lo tanto, es más vulnerable.
Dejar las lentillas puestas para dormir tampoco es una buena idea. El riesgo de queratitis microbiana se puede triplicar, según el equipo científico británico. La razón ? Cuando cierras los ojos mientras usas lentes, incluso para una siesta corta, la córnea (superficie frontal del ojo) ya no puede recibir el oxígeno que necesita. Así privado de oxigeno, se vuelve vulnerable a las infecciones.
"La mala higiene de las lentes de contacto es un contribuyente conocido de la infección, con un 66% de las complicaciones atribuidas a malas prácticas de higiene y grandes variaciones en la conciencia de la higiene y el reconocimiento de riesgos entre los usuarios.", resumió el investigador.
¿Qué hacer si sospecha de una infección?
"Si tiene enrojecimiento o dolor, debe quitarse las lentillas. Si esto persiste, consulte a un oftalmólogo lo antes posible. ¡Esta es la regla de oro!", Explica la Dra. Evelyne Le Blond.
Las infecciones más comunes son:
queratitis (queratitis por Acanthamoeba),
abscesos corneales
y contaminación por hongos (debido a un hongo) o ligada a amebas.
Estas complicaciones pueden, sin un tratamiento oportuno, causar la pérdida de una parte o de la totalidad de la visión y, en última instancia, llevar a un trasplante de córnea.
Cómo limitar el riesgo de infecciones?
"El mal manejo y mantenimiento de los lentes es responsable del 90% de las infecciones" dice la Dra. Evelyne Le Blond, oftalmóloga.
Manipule los lentes con las manos limpias y secas.
Si usa lentes desechables, el riesgo es menor porque se coloca un lente nuevo y estéril en sus ojos todos los días. Sin embargo, si sus manos no están limpias y secas al manipularlas, el riesgo de infección es el mismo que con los lentes que se cambian con frecuencia.
Lave y cambie el estuche de la lente con regularidad.
El estuche de la lente debe lavarse regularmente con la solución limpiadora y cambiarse con la mayor frecuencia posible.
El uso de agua del grifo está prohibido debido a la presencia de parásitos como amebas que pueden adherirse al cristalino, convertirse en quistes resistentes y causar queratitis severa.
Por tanto, la solución limpiadora permite descontaminar las lentillas, evitando la formación de depósitos de proteínas o grasas que reducen la visión y la comodidad con las lentillas.
Usar tus lentillas en la ducha, al dormir o al bañarse no es recomendable
Mantener tus lentes de contacto puestos mientras te duchas y dormir con ellos puede aumentar el riesgo de desarrollar una infección que dañe la vista en un factor de siete.
En todos los casos, solo el estricto cumplimiento de las condiciones de higiene y uso puede limitar el riesgo de contagio y disfrutar, sin peligro, de todas las ventajas de las lentillas.