Yoga

Los expertos examinan la evidencia de que el yoga es bueno para el cerebro

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Después de examinar varios estudios sobre el impacto positivo del yoga en la salud del cerebro, los investigadores dicen que no solo se observan cambios en las personas que lo practican regularmente en áreas del cerebro esenciales para el procesamiento de la memoria, sino que estos cambios se asocian con un mejor desempeño cognitivo y emocional.


El yoga es una disciplina del cuerpo y la mente considerada un arte de la vida que se basa en la práctica profunda de asanas (posturas de yoga) y pranayama (respiración yóguica). Esto se presenta de muchas formas: algunas clases se enfocan en fortalecer la energía corporal mientras que otras son más enérgicas.

En todos los casos, el trabajo de la postura, la respiración y la relajación sigue siendo esencial, con beneficios clave como la mejora del sueño, la reducción de la ansiedad o el alivio del dolor crónico. Investigadores de la Universidad de Illinois también evocan en un estudio reciente los efectos beneficiosos sobre el funcionamiento del cerebro.

Afirman que se sabe que el ejercicio físico de tipo aeróbico (resistencia) puede "fortalecer" el cerebro en el sentido de que ayuda al crecimiento de nuevas neuronas, pero pocos estudios han examinado los efectos del yoga en el cerebro. Su estudio, publicado en la revista Brain Plasticity, revela que el yoga mejora muchas de las mismas funciones cerebrales que se benefician del ejercicio aeróbico. Los investigadores revisaron once estudios sobre la relación entre la práctica del yoga y la salud del cerebro. Cinco de estos estudios incluyeron personas nuevas en la práctica que debían completar varias clases por semana durante un período de 10 a 24 semanas.

Efectos positivos sobre el hipocampo, un área del cerebro esencial para la memoria

Los otros seis estudios consistieron en medir las diferencias cerebrales entre las personas que practicaban yoga y las que no. Para cada uno de estos estudios, los investigadores utilizaron técnicas de imágenes cerebrales como la resonancia magnética o la tomografía por emisión de fotón único. Todas las clases fueron clases de Hatha yoga, que incluyeron movimientos corporales, meditación y ejercicios de respiración. "Con estos estudios, encontramos que ciertas regiones del cerebro son evocadas constantemente y no son muy diferentes a las investigaciones sobre ejercicio físico", explica la profesora Neha Gothe, responsable del estudio.

"Por ejemplo, vemos un aumento en el volumen del hipocampo con la práctica del yoga. Los estudios sobre los efectos cerebrales del ejercicio de tipo aeróbico han demostrado un aumento similar en el tamaño del hipocampo con el tiempo. El hipocampo participa en el procesamiento de la memoria y se sabe que se encoge con la edad. Es la primera estructura afectada por la demencia", agrega. Aunque los otros resultados son menos concluyentes, destacan otros cambios cerebrales importantes asociados con la práctica regular del yoga. La amígdala, una estructura del cerebro que ayuda con la regulación emocional, tiende a ser más grande en los practicantes.

El yoga ayuda a combatir el estrés, que es malo para el cerebro

Por otro lado, otras regiones como la corteza prefrontal y la corteza cingulada tienden a ser más grandes o más efectivas en quienes practican yoga con regularidad. "La corteza prefrontal participa en la planificación, la toma de decisiones, la multitarea, la evaluación y la elección de opciones. La corteza cingulada, junto con la amígdala, es parte del sistema límbico y juega un papel central en el manejo de las emociones, el aprendizaje y la memoria", añaden los investigadores. Finalmente, los estudios también revelaron que los cambios cerebrales observados en los practicantes de yoga están asociados con un mejor rendimiento cognitivo y una mejor regulación emocional.

Sin embargo, los científicos no pueden explicar exactamente cómo esta práctica puede afectar el cerebro. "El yoga no es de naturaleza aeróbica, por lo que debe haber otros mecanismos que conduzcan a estos cambios cerebrales", subraya la profesora Neha Gothe. Entre las hipótesis más probables, mejorar la regulación emocional es la clave de los efectos positivos del yoga en el cerebro. Según ella, "los estudios relacionan el estrés en los seres humanos, el encogimiento del hipocampo y un peor desempeño en las pruebas de memoria. En un estudio anterior, encontramos que aquellos que hicieron yoga durante 8 semanas tuvieron una respuesta al estrés reducida".

Por lo tanto, el yoga sería una práctica muy eficaz para ayudar a las personas con o sin trastornos de ansiedad a controlar el estrés. "El yoga ayuda a mejorar el manejo emocional, reduce el estrés, la preocupación y la depresión. Y eso parece mejorar el funcionamiento del cerebro", concluye Neha Gothe.

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