¿Los genes condenan a algunos niños a la obesidad?
Según un estudio realizado por la Universidad Técnica de Munich, los factores ambientales, sociales y de comportamiento marcan una diferencia mayor que los genes.
La obesidad infantil es un gran desafío en todo el mundo. En Alemania, los investigadores han estudiado el impacto de los genes en el desarrollo de la obesidad. Según sus hallazgos, los "genes de la obesidad" juegan un papel menor en el éxito de las intervenciones de pérdida de peso, mientras que los factores ambientales, sociales y de comportamiento marcan una diferencia mayor.
De hecho, estos últimos son mucho más importantes a considerar en las estrategias de tratamiento de la obesidad en los niños, sugirieron los investigadores. "Distinguir a las personas que tienen más o menos probabilidades de responder al tratamiento de la obesidad según su predisposición genética no conducirá necesariamente a un mejor éxito del tratamiento", dijo la autora del estudio Melanie Heitkamp, investigadora del departamento de prevención, rehabilitación y medicina deportiva de la universidad. "Incluso las personas con variantes de riesgo de genes relacionados con la obesidad se beneficiarán de un estilo de vida saludable, incluida una dieta calórica equilibrada y actividad física regular".
Más de 900 variantes genéticas
El estudio incluyó a más de 1.400 jóvenes de entre 6 y 19 años, con sobrepeso u obesidad. Todos estaban inscritos en un programa de cuatro a seis semanas que incluía actividad física diaria, una dieta baja en calorías y terapia conductual. Los investigadores también estudiaron los genes de casi 1.200 participantes. Los autores informan que algunas personas padecían una forma rara de obesidad causada por anomalías monogénicas, pero que en la mayoría de las personas no se pudo identificar ningún gen como la causa. La compleja interacción entre la genética y un estilo de vida poco saludable contribuye a la obesidad, dicen los autores. Los estudios han identificado más de 900 variantes genéticas asociadas con la obesidad.
"El hallazgo más significativo es que las variantes genéticas conocidas vinculadas a la obesidad parecen jugar sólo un papel menor en la reducción de peso a corto plazo en niños con sobrepeso y obesidad", explicó el investigador.
Los científicos se sorprendieron al descubrir que tres de las cinco variantes genéticas estadísticamente significativas se asociaron con una mayor pérdida de peso durante la intervención del estudio. Esto significó que los portadores de los genes más peligrosos perdieron más peso de lo esperado con estos cambios de estilo de vida. Los resultados se publicaron en línea en JAMA Pediatrics.
De cara al futuro, es necesario realizar nuevas investigaciones para determinar si otros genes no relacionados con la obesidad también pueden afectar la pérdida de peso.