22-04-2020 por Mirai
En un bosque de Panamá, investigadores descubrieron un abeja única. El lado izquierdo de la abeja es macho mientras que el lado derecho de la hembra es hembra. Fue reportado en el Journal of Hymenoptera Research, científicos dirigidos por la Universidad de Cornell encontraron a esta abeja neotropical única mientras estudiaban abejas nocturnas en el bosque de la isla de Barro Colorado en Panamá.
Esta condición se conoce como ginendromorfismo, y los científicos acaban de encontrar al primer individuo ginendromórfico conocido de su especie en una abeja nocturna nativa de América Central y del Sur, Megalopta amoenae.
En su lado masculino tiene una pequeña mandíbula, una antena larga y una pata trasera delgada con menos cerdas. En su lado femenino tiene una antena más corta, mandíbula dentada muy pronunciada y una pata trasera gruesa y peluda.
Esta abeja es tan especial porque, en general, la rara condición genética del ginendromorfismo bilateral solo se ve cuando el insecto ya está muerto y en exhibición en un museo.
"Encontrar a M. amoena fue como encontrar oro o ganar la lotería darwiniana", dijo Erin Krichilsky, estudiante de la Universidad de Cornell y autora principal del estudio publicado en el Journal of Hymenoptera Research.
La determinación del sexo en los insectos, que incluye abejas, hormigas y avispas, es peculiar. Si los huevos son fertilizados, nacerán abejas obreras (abejas hembras). Los no fertilizados serán drones (abejas machos). Pero puede haber una doble fertilización: si el esperma de un segundo e incluso un tercer individuo ingresa a un óvulo que ya está fertilizado, un embrión femenino, se puede dividir para producir tejido masculino, lo que da como resultado una muestra ginendromórfica.
Es un fenómeno conocido: se han encontrado ginandromorfos en al menos 140 especies de abejas, así como en mariposas, pájaros y crustáceos (pero prácticamente desconocidos en mamíferos). Al menos en las abejas, generalmente solo se ve después de que el insecto ya está muerto.
Los investigadores la siguieron durante cuatro días y descubrieron que ella tiende a despertarse un poco antes que las abejas macho y hembra. Sin embargo, sus períodos de mayor actividad se parecían más al comportamiento femenino.
"Se necesitan más estudios para comprender mejor si hay una diferencia en el ritmo circadiano basado en el sexo en esta especie, y para distinguir de qué se deriva el patrón de actividad desviada del ginandromorfo", explican.
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