12-10-2020 por Mirai
Las nanopartículas de dióxido de titanio presentes en el aditivo alimentario E171 atraviesan la placenta y llegan al feto, lamentan investigadores franceses del Inrae, el Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente.
Pastas dentales, cosméticos, protectores solares, medicamentos, pinturas, algunos alimentos en el mundo. Aunque sigue presente en muchos productos de uso diario, el dióxido de titanio, llamado TiO2 o E171 en la industria alimentaria, está presente en los productos alimenticios de muchos países, en los que se utiliza como colorante y opacificante. Francia ha tomado precauciones, debido al desconocimiento de su seguridad, y su uso está suspendido desde el 1 de enero de 2020, una medida única de un año que puede renovarse.
En un nuevo estudio, publicado este 7 de octubre en la revista Particle and Fiber Toxicology, un equipo de investigadores franceses del Instituto Nacional de Investigación para la Agricultura, la Alimentación y el Medio Ambiente (Inrae) aportan un argumento para renovar esta prohibición. Según sus hallazgos, el E171 contiene nanopartículas de dióxido de titanio que pueden atravesar la barrera placentaria y así llegar al feto de una mujer embarazada que estaría expuesta a él a través de los alimentos.
En trabajos anteriores, estos mismos investigadores observaron que este E171 podía pasar al torrente sanguíneo y luego acumularse en el hígado o el bazo. "Después de la exposición crónica, se observó un riesgo de iniciación y promoción de las primeras etapas de la carcinogénesis colorrectal (cáncer colorrectal en etapa temprana, así como cambios en las respuestas inmunitarias", dijo el equipo en un comunicado de prensa. Así, si este nuevo estudio no indica de alguna manera si la presencia de nanopartículas de TiO2 perjudica al feto, es posible que sea así, pues otros estudios realizados en animales y relacionados con nanopartículas de TiO2 no alimentarias había demostrado que estos perturbaban el buen desarrollo fetal.
Dióxido de titanio en ambos lados de la placenta y en las heces de los recién nacidos
Aquí, los investigadores recolectaron 22 placentas de madres voluntarias después de su embarazo para determinar el contenido total de titanio acumulado durante la gestación. Estos ensayos mostraron una acumulación de TiO2 en la placenta, la mayoría en forma de nanopartículas, es decir, moléculas muy pequeñas. Un nanómetro es de hecho una millonésima parte de un milímetro y un cabello tiene unos 70.000 nanómetros de diámetro.
Pero el hecho de que la placenta contenga TiO2 no significa que llegue al feto. Para confirmar esto, los científicos llevaron a cabo un segundo experimento: perfundieron las placentas con E171 en el lado materno y luego analizaron el titanio en el lado fetal de la placenta. Y las nanopartículas de TiO2 terminaron en el costado del feto.
Los investigadores también deploraron la presencia de dióxido de titanio en el 50% de las muestras de meconio analizadas, siendo el meconio el nombre que se le da a las primeras deposiciones del recién nacido.
El equipo demostró claramente que "el dióxido de titanio que se consume con los alimentos durante el embarazo pasa como nanopartículas en la placenta y puede contaminar al feto". "Estos datos en humanos pueden ser utilizados por las agencias de seguridad alimentaria para evaluar el riesgo de exposición a E171 en mujeres embarazadas", concluyeron los investigadores.
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