15-11-2020 por Mirai
La anorexia nerviosa es un trastorno alimentario que provoca la privación de alimentos durante varios meses o incluso años. Mientras los científicos intentan identificar los mecanismos involucrados en la aparición de este trastorno, los investigadores han arrojado luz sobre el papel de un neurotransmisor específico. Un descubrimiento que pronto podría conducir a un tratamiento farmacológico.
La anorexia nerviosa es, junto con la bulimia y los trastornos por atracón, trastornos de la alimentación. Este severo trastorno psiquiátrico, se caracteriza por la restricción de la ingesta de alimentos que conduce a una pérdida de peso significativa asociada a un miedo intenso a aumentar de peso. La persona que sufre de anorexia nerviosa tiene la sensación de tener siempre sobrepeso y busca adelgazar por todos los medios. Afecta principalmente a las niñas (al menos el 80% de los casos) y el pico de aparición de la enfermedad es entre los 13-14 años y los 16-17 años, pero la anorexia nerviosa también puede aparecer en la niñez o en la edad adulta.
Hasta la fecha, no existe ningún fármaco o tratamiento farmacológico específico para combatir esta enfermedad. Esto se debe a que los mecanismos neurales involucrados en la anorexia nerviosa aún no se conocen bien. Además, esta obsesión por la pérdida de peso bajo la influencia de factores psicoconductuales hace de la anorexia nerviosa una patología psiquiátrica que requiere cuidados específicos: el tratamiento cubre tanto el aspecto médico como el psicológico de la enfermedad. Pero investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) demostraron recientemente el papel esencial de un neurotransmisor llamado acetilcolina en una parte del cerebro, el cuerpo estriado.
"Mecanismos disfuncionales ligados a hábitos"
El cuerpo estriado participa en la regulación de la actividad locomotora o en la búsqueda de recompensas. Por otro lado, su función en la formación de nuestros hábitos diarios y nuestros automatismos es menos conocida. El estudio publicado en el Journal of Clinical Investigation sugiere la hipótesis de que una disminución de la acetilcolina en el cuerpo estriado puede conducir a la formación de hábitos excesivos que pueden conducir a una restricción dietética. Los investigadores también encontraron que era posible compensar los niveles bajos de acetilcolina mediante la administración de un fármaco comúnmente utilizado en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
"Este tratamiento tiene el efecto de abolir los comportamientos patológicos de los ratones", explica el equipo científico. El siguiente paso del estudio fue trabajar con investigadores especializados en la atención de personas con trastornos alimentarios, con el fin de trasladar los resultados obtenidos en ratones a humanos. "Gracias a las pruebas neuropsicológicas, las investigaciones clínicas con cohortes de pacientes ya han identificado los perfiles que padecen anorexia nerviosa severa afectados por estos mecanismos disfuncionales ligados a los hábitos".
Una forma de tratar también el TOC
Este descubrimiento es importante ya que no existe un tratamiento farmacológico probado para la anorexia: por lo tanto, este estudio abre un objetivo terapéutico serio. Se espera que un primer estudio piloto comience en breve y los investigadores esperan ver resultados dentro de uno o dos años. Además, estos últimos concluyen sobre el hecho de que más allá de la anorexia, "este descubrimiento podría aplicarse a patologías que implican la creación de hábitos y compulsiones como adicciones o conductas obsesivas y compulsivas (TOC )". Cabe señalar que, según Inserm, el tratamiento temprano de la anorexia nerviosa es un factor decisivo en la curación.
De hecho, los objetivos de la atención son recuperar el peso, tratar el sufrimiento psicológico y minimizar las consecuencias sociales y relacionales. "Es fundamental involucrar a la comitiva en el cuidado, especialmente a la familia, de los menores pero también de los adultos", especifica Inserm sobre este tema.
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