31-10-2020 por Mirai
Contrariamente a la creencia popular, la profusión a las pantallas en todas sus formas; teléfonos inteligentes, tablets, televisión, está lejos de mejorar las habilidades de nuestros hijos. Por el contrario, tiene graves consecuencias sobre la salud, comportamiento y capacidades intelectuales.
El consumo digital por las nuevas generaciones es astronómico. A partir de los 2 años, los niños acumulan casi 3 horas de pantalla todos los días. Entre los 8 y los 12 años dedican casi 4,45 horas. Entre los 13 y los 18 años se acercan a las 6,45 horas. En totales anuales, estos usos representan alrededor de 1000 horas para un alumno de jardín de infancia (más de volumen por hora de un año escolar), 1.700 horas para un estudiante de secundaria (2 años escolares) y 2.400 horas para un estudiante de secundaria (2.5 años escolares).
Las consecuencias se presentan en la salud (obesidad, desarrollo cardiovascular, reducción de la esperanza de vida,etc), sobre el comportamiento (agresividad, depresión, conductas de riesgo, etc.) y sobre las capacidades intelectuales (lenguaje, concentración , memorización). Tanto que afectan fuertemente el éxito académico de los jóvenes.
"Lo que les hacemos a nuestros hijos es imperdonable. Sin duda, nunca en la historia de la humanidad se había llevado a cabo una experiencia de descerebración a tan gran escala", dijo el neurocientífico Michel Desmurget director de investigación del INSERM y autor del libro "La Fabrique du crétin digital" (La fábrica del idiota digital). Este libro, la primera síntesis de estudios científicos internacionales sobre los efectos reales de las pantallas, es el de un hombre enojado. La conclusión es clara: cuidado con las pantallas, son venenos lentos.
Las consecuencias de las pantallas en el cerebro de los niños
Para el neurocientífico Michel Desmurget, la situación es grave y casi desesperada. Con evidencia sólida que lo respalda, dice que las herramientas digitales conducen a problemas de atención, de lenguaje, de memorización, agresión, de sueño y bajo rendimiento académico. Agrega que la sobreexposición a las pantallas afecta seriamente el desarrollo intelectual y la creatividad de nuestros niños.
Desmurget respondió al ser consultado por la BBC; si los jóvenes de hoy son la primera generación de la historia con un coeficiente intelectual más bajo que la anterior:
"Sí. El coeficiente intelectual se mide con una prueba estándar. Sin embargo, no es una prueba “congelada”, a menudo se revisa. (...) Y haciendo eso, los investigadores han observado en muchas partes del mundo que el coeficiente intelectual aumentaba de generación en generación. A esto se le llamó el "efecto Flynn".
Pero, recientemente, esta tendencia comenzó a invertirse en varios países. Es verdad que el coeficiente intelectual se ve fuertemente afectado por factores como el sistema de salud, el sistema escolar, la nutrición incluso la contaminación ambiental. Pero si tomamos países donde los factores socioeconómicos se han mantenido bastante estables durante décadas, el "efecto Flynn" ha comenzado a reducirse.
En esos países los "nativos digitales" son los primeros niños que tienen un coeficiente intelectual más bajo que sus padres. Es una tendencia que se ha documentado en Noruega, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos, Francia, etc." dijo a BBC news.
Para él, estamos en total negación, muchas veces embriagados por expertos sujetos a conflictos de intereses, o ciertos estudios científicos poco fiables que vienen de la misma industria.
Por ello entrega algunos consejos:
Consejo número uno: cero pantallas antes de los seis años
"De cero a seis años es un período de desarrollo sin precedentes. El tiempo importa. Este período de gran plasticidad del cerebro es el momento en que las cosas encajan. Pero cuando este período termina, se vuelve muy difícil para él adquirir la concentración, por ejemplo", indica Michel Desmurget.
Además, no hay un efecto positivo probado de las pantallas durante los seis años. Y si un niño no ha tenido acceso a las nuevas tecnologías, no tendrá un déficit en el uso de computadoras u otros a largo plazo".
Consejo número dos: Mostrar el ejemplo
"Uno de los principales predictores del uso que los niños harán con las pantallas: es lo que los adultos hacemos con ellas. No es muy coherente decirle a tu hijo que es malo si tu mismo lo usas todo el tiempo" dice.
Consejo número tres: Explique
"Cuando se trata de pantallas, no se debe imponer, sino explicar. Y cuanto antes se explique, mejor, porque en la adolescencia se hace difícil frustrarlas.
Es justo que los niños se quejen del riesgo de desocialización cuando se les priva de su teléfono inteligente o tableta. Para resistir, sepa que tengo muchos testimonios de padres que me dicen: "Fue difícil, pero hoy mis hijos están dando las gracias".
Sin duda, es parte de la buena crianza realizar acciones difíciles por el bienestar de nuestros hijos.
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